OCÉANO
Marino Alejandro Ramírez Sandoval
POEMA/VENEZUELA
Primer lugar de poesía joven en el XLI Premio Internacional de Poesía
Félix Francisco Casanova año 2017. Cabildo Insular de la Palma, España.
Una cobija azul arropa al planeta
y cubre los caminos del navegante.
Un puente de agua que conecta continentes,
un río gigante con la esencia del misterio.
El mar nunca calla
y nos quiere decir algo
a través de su movimiento sonoro.
Qué lástima que no hablemos
el lenguaje del salitre.
Aun así, siempre lo escucho
tratando de descifrar sus enseñanzas,
tratando de imitar al azul,
así como el brillo de una ola
imita la ardentía de una galaxia.
El mar es sabio
porque ya estaba aquí
cuando la vida cantó.
El mar es un anciano que no envejece
y la envidia de otros astros.
Todos venimos de él,
y al final, a él volvemos.
Océano de preguntas y de respuestas.
En mi travesía,
la inmensidad del océano me abraza
y cambia mi hábitat.
Contradecir a la naturaleza
es un instinto del hombre.
No tenemos alas,
pero volamos.
No tenemos aletas,
pero nadamos.
¿Dejarías de respirar para volar?
El regalo del agua para engañar a la gravedad.
¡Ah, el agua!
Una ironía natural;
poca, da vida,
mucha, te ahoga.
Agua transparente y cambiante,
das vida y también la quitas.
Agua milagrosa y peligrosa,
¿Acaso te crees Dios?
Quizás lo eres.
El equilibrio divino
entre el vapor y el hielo,
aquella moldeadora de mares
y creadora de ecosistemas,
el suelo donde se para mi bote
y el papel donde mis remos escriben
la historia de mi odisea.
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