«Las mujeres quieren ser libres» de Ángel Marino Ramírez (Ensayo breve)

LAS MUJERES QUIEREN SER LIBRES

ÁNGEL MARINO RAMÍREZ V.

ENSAYISTA /VENEZUELA

Quien haya visto la película “Comer, rezar y amar”, debe percatarse del planteamiento de libertad que le concede la cinta al perfil de la protagonista. Cabe la pregunta ¿Será que las mujeres quieren ser libres?, ¿Hasta dónde los hombres están dispuestos a permitirlo? El personaje principal de este largometraje, decide separarse de su marido, de su casa, de su vida profesional, de todo, para buscar respuestas que no encuentra. Ahora bien, ¿Cuántas mujeres de nuestro entorno pudieran identificarse con este caso? Creo que muchas. Por ejemplo, en Venezuela existen miles de casos de mujeres maltratadas y abusadas, otras que no han tenido la oportunidad de prepararse y destacarse en un país tan lleno de machismo. Dicho esto, es lógico pensar: las mujeres desean ser libres.

     Se explica, de acuerdo con estudios realizados, que desde los años 60 ha crecido vertiginosamente el número de mujeres que permanecen solteras mayor cantidad de tiempo, es decir, ha ido creciendo el deseo de permanecer sola y sin compromisos hasta más avanzada edad. Esto indudablemente tiene dos lecturas: la primera, es la de la libertad, no necesita ponerse de acuerdo con nadie para realizar cosas; la otra, sería la de la autosuficiencia y el hecho de demostrarse a sí misma que ella puede encargarse de todo sin ayuda.  En este aspecto, la mujer venezolana, siempre ha sido batalladora y le ha hecho frente a las adversidades vengan como vengan. Ejemplos sobran en la historia, la heroína Luisa Cáceres una de ellas. Por todo esto, me obligo a pensar: Las mujeres siempre han querido ser libres.

     En efecto, Las mujeres de hoy en día, tienen elevados niveles de inteligencia, educación y actividad laboral y los mismos están relacionados con el hecho de permanecer sin pareja. Quizás esto atormentaba a Liz Gilbert, la mujer de la película: “Comer, rezar y amar”, ella se preguntaba: “No estoy a gusto, hay un “Algo” que aun me falta por descubrir y en mi relación no la encuentro,  Necesito estar sola y buscar lo que realmente me llene”.  En el fondo, ella busca respuestas y salidas a su laberinto sentimental, pero sin pareja, la cual le parece es sinónimo de opresión, de enjaulamiento. No obstante, para la mayoría de las mujeres en estas circunstancias, querer estar sola no es fruto de una decisión precoz, explícita, sino, más bien, el resultado de muchas opciones menores, en gran parte no deliberadas. En esencia, estas mujeres  van descubriendo, poco a poco, que les gusta la soltería. En vista de esto, cabe la expresión: Las mujeres pueden ser libres.

     Sin embargo, hay quienes piensan y sustentan que la mujer nació para atender al hombre, que es un irrespeto a la sociedad una acción como la de Liz Gilbert, dejar al marido sin causa justificable alguna ¡Perdición del mundo! Y mucho menos para irse sola a pasear por otros países a buscar la verdad de su vida, a clarificarse, a quitarse la confusión, esto es imperdonable para algunas sociedades, esas que no se preguntan: ¿Porqué se darán estas reacciones femeninas?, reacciones que nacen tras  un largo historial de vejaciones y maltratos hacia la mujer; sobre todo en países del tercer mundo, en donde aún permanece un pensamiento machista y obsoleto sobre este particular. Evidentemente, sin querer justificar,  pero es razonable que las mujeres piensen que son libres.

     Para finalizar, las mujeres quieren ser libres porque son seres humanos con derechos iguales a los hombres, con sentimientos, con pensamientos, con ideas, con profesiones, con valentía, con dignidad y con creencias. Liz Gilbert lo demuestra y lo vive, no por ello dejó de amar y de buscar a Dios. Para mí,  ella es un ser vivo en busca de su verdad y el género no le prohíbe sentirse confundida. Mirándolo desde esta perspectiva, los hombres debemos reflexionar y aportar nuestro grano de arena, para intentar cambiar de una sociedad machista a una sociedad más justa y comprensiva con las mujeres. Ya lo decía la biblia: “Maridos amad a vuestras mujeres y no seáis ásperos con ellas.” (Colosenses 3:19)

Isla de Margarita, 30-01-2011

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