EL DULCE MAL
Andrés Eloy Blanco
Poema / Venezuela
Crítica literaria de "El dulce mal"
El poema «El dulce mal» de Andrés Eloy Blanco es un poema que explora la idea de la vida como una serie de sueños, logros, alegrías y desafíos, pero también como un proceso de autodescubrimiento y redención. A través de una estructura repetitiva y una acumulación de experiencias, el poeta nos lleva a reflexionar sobre la naturaleza de sus vivencias y cómo estas lo han llevado a un «dulce mal» que lo consume.
El título mismo, «El dulce mal», es evocativo y sugiere una contradicción intrigante. El poeta nos invita a considerar que, a pesar de sus éxitos y logros, hay algo que lo consume internamente, un sentimiento o experiencia que persiste y que, de alguna manera, es necesario para su existencia.
A lo largo del poema, el autor se enfrenta a desafíos y obstáculos, pero logra superarlos con éxito, alcanzando gloria y reconocimiento. Sin embargo, lo que lo intriga es que en todas sus experiencias no encuentra rastro alguno de ese «dulce mal» que lo está llevando a su perdición. Esta paradoja es un elemento central del poema y agrega profundidad a la narrativa.
El poema aborda temas universales como el paso del tiempo, la lucha por el éxito, la búsqueda de la felicidad y el deseo humano de experimentar emociones intensas. El «dulce mal» al que se hace referencia puede interpretarse como una metáfora de la pasión, del amor o incluso de la búsqueda constante de nuevos retos y desafíos.
La repetición de la idea del «dulce mal» a lo largo del poema crea un efecto poético notable y resalta la obsesión del poeta por este sentimiento misterioso que lo acompaña. Además, la evolución de las experiencias del poeta, desde sus triunfos hasta sus relaciones amorosas, sirve para subrayar la idea de que el «dulce mal» es una presencia constante en su vida, independientemente de sus acciones.
En general, «El dulce mal» es un poema que invita a la reflexión sobre la dualidad de la vida, la búsqueda de la pasión y el propósito, y cómo las experiencias, tanto las exitosas como las fallidas, contribuyen a la complejidad de la existencia humana. La forma en que el poema explora estas ideas a través de su estructura y lenguaje lo convierte en una obra literaria rica y sugestiva.
EL DULCE MAL
Vuelvo los ojos a mi propia historia.
Sueños, más sueños y más sueños… gloria,
más gloria… odio… un ruiseñor huyendo…
y asómbrame no ver en toda ella
ni un rasgo, ni un esbozo, ni una huella
del dulce mal con que me estoy muriendo.
Torno a mirar hacia el camino andado…
Mi marcha fue una marcha de soldado,
con paso vencedor, a todo estruendo;
mi alegría una bárbara alegría…
Y en nada está la sombra todavía
del dulce mal con que me estoy muriendo.
Surgió una cumbre frente a mí; quisieron
otros mil coronarla y no pudieron;
sólo yo quedé arriba, sonriendo,
y allí, suelta la voz, tendido el brazo,
nunca sentí ni el leve picotazo,
del dulce mal con que me estoy muriendo.
Volví la frente hacia el más bello ocaso…
Mil bravos se rindieron al fracaso
mas, yo fui vencedor del mal tremendo;
fui gloria empurpurada y vespertina,
sin presentir la marcha clandestina
del dulce mal con que me estoy muriendo.
Fuerzas y potestades me sitiaron
y, prueba sobre prueba, acorralaron
mi fe, que ni la cambio ni la vendo,
y yo les vi marchar con su despecho
feliz, sin presentir nada en mi pecho
del dulce mal con que me estoy muriendo.
Mujeres… por mi gloria y por mis luchas
en muchas partes se me dieron muchas
y en todas partes me dormí queriendo
y en la mañana hacia otro amor seguía,
pero en ninguno el dardo presentía
del dulce mal con que me estoy muriendo.
Y un día fue la torpe circunstancia
de quedarnos a solas en la estancia,
leyendo juntos, sin estar leyendo,
mirarnos en los ojos, sin malicia,
y quedarnos después con la delicia
del dulce mal con que me estoy muriendo.
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