«Simbolismo e Impresionismo en la Cruz del Sur» de Ángel Marino Ramírez (Ensayo breve)

En una noche cualquiera, y después de haber leído un poco sobre las corrientes del Simbolismo y el Impresionismo, me di cuenta que existe un símbolo especial que impresiona durante los meses de abril, mayo y junio. Son cuatro estrellas que forman un símbolo inequívoco de redención, es decir, una Cruz que aparece en el cielo del sur. Desde muy pequeño, oía a mis abuelos hablar de ella y que su mágica aparición traía esperanza, mejores cosechas y hasta facilitaba la orientación con respecto a los puntos cardinales durante la noche. Según ellos mismos, esta cruz divina, provocaba la realización de fiestas en su honor, cantos de hombres y mujeres de faena, que entonaban galerones y malagueñas para magnificar su presencia celestial en estas tierras. No obstante, cabe preguntarnos ¿Qué sugiere una cruz en el cielo? ¿Su origen como símbolo es solamente religioso o tendrá algo que ver con el célebre movimiento del Simbolismo francés? ¿Como fuente de inspiración, se convierte en un argumento impresionista del siglo XIX extendido hasta nuestros días?

La Cruz es el símbolo radical, primordial para los cristianos. Es uno de los pocos símbolos universales. Desde el sueño del emperador Constantino, en el siglo IV, la cruz se ha convertido en el símbolo predilecto para representar a Cristo y su misterio de salvación. Por otro lado, ella es la constelación más pequeña del cielo, y a pesar que hoy en día no se le puede ver desde la antigua Belén, se dice que hace dos mil años si se podía, y que una de las estrellas del sur, era la estrella de los tres reyes magos.  Por ende, no se puede pensar en coincidencia, sino en que la cruz es un mar de sugerencias buenas, combinadas en nuestra espiritualidad y creencia, puesto que ella nos sugiere amor al prójimo, su luz nos sugiere ánimo para afrontar la vida, nos sugiere la esperanza que a veces no tenemos, nos enseña el camino y nos da querencia por nuestra cultura y pasado reciente. De cualquier modo, insisto, es un símbolo que impresiona.

Ahora bien, la sugerencia de este símbolo, según hemos visto, pareciera venir solamente desde una raíz religiosa. Sin embargo, existió un movimiento literario denominado el Simbolismo, surgido en Francia a fines del siglo XIX, cuyo lenguaje se centró en sugerir, evocando la realidad, y dejándola entrever. Es decir, el Simbolismo añadía contenido espiritual a un nuevo valor o a un objeto. En relación a esto, Carl Jung dice: “Cuando la mente explora el símbolo, se ve llevada a ideas que yacen más allá del alcance de la razón” y esto fue lo que nuestros antecesores hicieron, ponerse por encima de la razón, y creer en la magia de un símbolo celeste.  En consecuencia, se puede hacer una analogía perfecta entre las características de este movimiento y lo que nuestras tradiciones han hecho respecto al significado de la Cruz del Sur, porque la fe, está basada en el poder de sugestión que posee la palabra cruz y sugestión es la base principal del movimiento francés mencionado. Sin duda, vuelvo a insistir, este símbolo impresiona.

Interpretando tantos supuestos, tantas casualidades, tantas coincidencias, también habría que mirar hacia el Impresionismo literario. Sus representantes dieron mucha importancia a la descripción de las sensaciones y de la realidad, a la descripción de imágenes, llenas de luz y colorido. Para Jules Laforgue, crítico contemporáneo del Impresionismo, los impresionistas describen el alma, y están dotados de una sensibilidad fuera de lo común.  Enseguida encuentras el parecido, porque la cruz es un sueño de luz bendito, hecho realidad en cualquier símbolo de madera colgado como cadena, en cualquier rosario, en los velorios de cruz de mayo, en cada templo cristiano, en cada gesto de auto bendecirnos, en cada mirada al cielo del sur.  Quizás lo religioso lo hace sensible, pero en todo caso me sigue impresionando este símbolo.

Es bueno resaltar, que el impresionista quiere describirnos al aire libre, quiere hablarnos del paisaje. De esta misma manera, el cielo quiere enseñarnos la Cruz del Sur para que dibujemos las sensaciones que pesan sobre nuestra creencia. Como ejemplo palpable, se puede citar el inicio de un poema de Baudelaire denominado Correspondencias, que dice:

La Natura es un templo de vivientes pilares

que susurran a veces los confusos vocablos;

y el hombre atraviesa por florestas de símbolos

que lo observan con ojos de mirada habituada.

Se observa, que Baudelaire nos habla de pilares naturales, es posible que desee con ello sugerirnos a los árboles. De modo similar, nos imaginamos que estamos en un bosque y que los susurros del viento son los vocablos que el autor nos quiere decir al hablarnos de confusos vocablos. En acepción a esto, quisiera citar una décima propia en relación a la cruz del cielo:

Soñé con un Papagayo

que buscaba en raudo vuelo,

en lo más alto del cielo

a la santa Cruz de Mayo.

En esa búsqueda un rayo

Interceptó su misión

y dijo: anda y dile al don,

quien te ha enviado hasta mi luz,

que la santísima Cruz

se encuentra en su Corazón.

Podríamos deducir que el papagayo en este poema es la mente o la imaginación, que viaja en busca de la santa cruz, y de esa manera se debe interpretar. Además, los dos poemas toman como tema central el paisaje, que es una característica del Impresionismo. Dado esto, no podemos negar que la poesía desea evolucionar, pero siempre podremos encontrar en ella rasgos de movimientos literarios precedentes imposibles de ocultar, aunque no sean del todo visibles. Tal es el caso, de la cruz del cielo y la relación que se puede establecer con movimientos lejanos en el tiempo tales como: el Simbolismo y el Impresionismo. Decía San pablo, “No ponemos nuestros ojos en las cosas visibles sino en las invisibles; pues las cosas visibles son pasajeras, mas las invisibles son eternas” En conclusión, creo que la impresión de la cruz del cielo me durará un buen tiempo.