Para nadie es un secreto la fe que resalta Ramón López Velarde dentro de su poesía. Este poema no es la excepción y se nota su esperanza en la tierra que habita. Incluso, se atreve a asegurar su confianza en caminos buenos, aunque su vida se vea en problemas. Hasta el crepúsculo es bello cuando uno sale a la calle y así es la cotidianidad en esa aldea buena. Un soneto particular por su estructura en versos alejandrinos.
DEL PUEBLO NATAL
Ramón López Velarde
Poema-soneto / México
Ingenuas provincianas: cuando mi vida se halle
desahuciada por todos, iré por los caminos
por donde vais cantando los más sonoros trinos
y en fraternal confianza ceñiré vuestro talle.
A la hora del Ángelus, cuando vais por la calle,
enredados al busto los chales blanquecinos,
decora vuestros rostros —¡oh rostros peregrinos!—
la luz de los mejores crepúsculos del valle.
De pecho en los balcones de vetusta madera,
platicáis en las tardes tibias de primavera
que Rosa tiene novio, que Virginia se casa;
y oyendo los poetas vuestros discursos sanos
para siempre se curan de males ciudadanos,
y en la aldea la vida buenamente se pasa.
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