AMORES VIEJOS
José Santos Chocano
Poema / Perú
Ambos en el diván. Breves las horas.
Lenguas de gas vibrando en las arañas.
Tibio el salón. Tus ojos como auroras
entre la oscuridad de tus pestañas.
Frases rápidas. Plática vulgares
como profanación de tu belleza,
hablando lo que se habla en los hogares
cuando mientras uno habla otro bosteza.—
Por fin, como un paréntesis, con süave
y dulcísima voz mi afán preguntas:
—Quiero—te digo—descubrir la clave
de todas tus pasiones ya difuntas.
¿Dices que no has amado? Te lo creo;
eres mujer al fin y mi Dios eres;
y, desde que dejé de ser ateo,
voy creyéndoles más a las mujeres!
Soy tu primer amor. Tú me lo juras;
y algo, que me lo afirma, en tu alma llevas:
conozco que son nuevas tus ternuras,
nuevas tus ansias y tus dichas nuevas…
En cambio, pecador arrepentido,
yo te confieso mis amores muertos:
mi rumbo era hacia ti, pero he tenido
que ir en el viaje visitando puertos…
¡He llegado por fin! Abre los brazos
y olvida la tardanza del viajero.
Te doy un corazón hecho pedazos:
¡ve modo tú de conservarlo entero!
No temas que retorne yo la vista
hacia esos muertos, no: vuelve a tu calma.
Tú pasarás con paso de conquista
por sobre los cadáveres de mi alma!
Ellos mismos, despiertos a tu paso,
viéndote como el Dios de mi Universo;
con vivo afán te aclamarán acaso:
Pía, felice, Emperatriz del Verso.
¿Qué me dices? —Variándolo de tono,
lo que dijo Jesús decir te escucho,
¡Qué ternura! ¡Qué gloria!
—¡Te perdono,
no porque amaste, porque me amas mucho!
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