EL BURRO DE SANCHO PANZA
Francis Jammes
POEMA / FRANCIA
Soy el enalbardado burro de Sancho Panza.
Jamás burro ninguno gozó mejor andanza
que yo, bien paseado por Sancho y Don Quijote.
¿Quién sabe nunca a dónde camina al estricote
con sus monomanías un par de mentecatos
de que uno va con botas y el otro sin zapatos?
Errando a la ventura, no supe en la mañana
donde pasar La noche. A veces el tomillo
de una riente sierra donde una fuente mana,
perfumaba piadoso mis zuecos de aldeanillo:
a veces, en la sucia cuadra de algún ventero
de ronca Maritornes cerca del muletero,
turba de encantadores me despierta y asombra;
son negros y pasean cirios entre la sombra…
La verdad es que paso mil sustos, y por eso
he caído en la cuenta, a pesar de mis pocos
alcances de borrico, que esta yunta de locos
ha de acabar un día por trastornarme el seso.
Pienso dejar por siempre su vida desastrada
y he de llevar la mía cuerda y equilibrada.
Quiero ganar un día la ínsula que a fin
de entregarla a los burros, tiene el sabio Merlín.
Existe. «La describe en frases terminantes
un romancero de caballeros errantes.
Mi amo y Don Quijote—el asunto me choca-—
no le dan importancia ni dicen esta boca
es mía, mientras presa de impulsos repentinos,
creyéndolos ciudades, atacan los molinos.
De la falsa Quimera por siempre me desligo.
Voy al país do moran, hechos ya prisioneros,
los verdugos que Sancho titula molineros.
jQué alaridos extraños lanzan ante el castigo
de cargarles el lomo con los sacos de trigo!
Y, hecho ya molinero, los oye rebuznar
el asno, sobre el heno que les hace tragar.
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