CRISÁLIDAS
José Asunción Silva
POEMA/COLOMBIA
Cuando, enferma la niña todavía,
salió cierta mañana
y recorrió con inseguro paso
la vecina montaña,
trajo, entre un ramo de silvestres flores,
oculta una crisálida
que en su aposento colocó, muy cerca
de la camita blanca…
Unos días después, en el momento
en que ella expiraba,
y todos la veían, con los ojos
nublados por las lágrimas,
en el instante en que murió, sentimos
leve rumor de älas
y vimos escapar, tender el vuelo
por la antigua ventana
que da sobre el jardín, una pequeña
mariposa dorada…
La prisión, ya vacía, del insecto
busqué con vista rápida;
al verla vi de la difunta niña
la frente mustia y pálida,
y pensé: si al dejar su cárcel triste
la mariposa alada,
la luz encuentra y el espacio inmenso
y las campestres auras,
al dejar la prisión que las encierra,
¿qué encontrarán las almas?
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