SEGUIDILLAS
Manuel Alonso Pacheco
POEMA / PUERTO RICO
A mi buen amigo don Pablo Sanz
Verás qué seguidillas
Amigo Pablo,
Que peor no las canta
Ni el mismo diablo.
Vaya pues una,
Como esta serán todas,
Buena ninguna.
Cuando miro los ojos
De mi morena,
De tanto que me gustan
Me causan pena;
Porque quisiera
Tan de cerca mirarlos
Que no los viera.
Me gustan las morenas
Por el salero,
y también por las blancas
De amor me muero.
Porque un beso la pido
Se irrita Clara,
Y en un mes no me mira
Con buena cara.
Será preciso
Besarla cuando pueda
Sin su permiso.
Si quieres que te engorden
Las pantorrillas,
Baila chica a menudo
Las seguidillas.
Y aún más subiera;
Pero temo que alguno
Me grite: ¡Fuera!
Que a su lado la nieve
Tiene Paca unos dientes
De tal blancura,
Parece oscura.
¡Jesús, qué hechizo!
Dios bendiga al dentista
Que se los hizo.
Un médico y un cura
Pasean juntos
Repasando la lista.
De sus difuntos.
Y el boticario
Les sigue de bracete
Con el notario.
Me dijo un guapo mozo
De Andalucía
Que en Cádiz las estrellas
Salen de día.
Y no me admira,
Que quien dijo andaluces,
Dijo mentira.
Basta de seguidillas,
Pablo querido;
Tú siempre sigues gordo,
Yo consumido.
Y ande la danza,
Yo seré don Quijote,
Tú Sancho Panza.
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