RAÍDA POTÏ
MANUEL ORTIZ GUERRERO
POEMA / PARAGUAY
Rumbo a la espesura, donde la fontana
Late en el silencio como un alma humana
Que padece a solas inconfeso mal;
Donde, la insinuante voz de la torcaza
La húmeda tristeza de la tarde pasa
Cual si fuera un largo lírico puñal.
-La fuente es la fresca sangre de la tierra
Que baja del áurea vena de la sierra
Y llora escondida detrás de un zarzal;
Es fuente una limpia, sonora hemorragia
De música y sueños, de perlas y magia
Que sangra con una paciencia eternal.-
Sobre el raso verde de fragantes pastos,
Propio para blancos corderitos castos
Que fueran de viejos magos guaraní,
Como una escapada ninfa tentadora
Con sus pies, de lirio húmedo de aurora,
Corre hacia la fuente la “RAÍDA POTÏ”.
En campos de luna dos negros anfibios
Flagelan sus hombros de mármoles tibios
Dos trenzas, más negras que antenas del mal,
Y hay en su peineta piedras incrustadas,
Como parpadeantes pupilas aguadas
De estrellas enfermas, en noche otoñal.
Sus dedos de rosa, que oprimen anillos
Que fueran de Persia cuajados de brillo,
Destilan doradas gotas de “EIRETÉ”;
Sus pies, transparentes como alas de sueño,
Podrán, sobre el hilo de un verso guaireño,
Llegar a la luna, viajeros de fe.
Dos conos de nieve, de jazmín y lino,
Cúpulas labradas de témpano andino,
Colinas de armiño, luceros “REÑÓI”,
Semejan sus senos de suave opulencia,
Que van titilando como con cadencia
Bajo los encajes del níveo “TYPOI”.
Azucena humana, más blanca que plumas
De paloma blanca; con temblor de espumas
Su cuerpo prestigia tenue ÑANDUTÍ;
Rival de la noche por sus negros ojos,
Del clavel de España por sus labios rojos …
Pasa y queda el viento “JHYA-CUÄ BÚ-REÍ”.
¿Dónde va la ninfa? Temo la roben
Los gnomos del bosque; ¿no estará algún joven
Sátiro, emboscado tras del matorral?
Será que la virgen no tiene sospecha
Que haya una serpiente que espera y acecha
Dentro del secreto del tembladeral?
Bajo sus guayabos de suave fragancia
No vendrán a amarla los grandes de Francia?
¿Qué manos labriegas han de destrenzar
Esa cabellera negra cual la envidia?
Y si el amor mata de sutil perfidia
También esos ojos tendrán que llorar?
Cual paje obediente pagado en sonrisas,
Le tiende la hamaca movida por brisas
Bajo de los frescos naranjos en flor?
Junto a su ventana, qué amante guitarra
El alma sonora de un canto desgarra,
En manos de un dulce trovero de amor?
¿Un artista joven no vendrá algún día,
Tejedor de aromas, trinos Y armonía,
Para ver la criolla reina sin rival
Habladora en lengua de esparcido ungüento,
Con rumor al suave secreteo del viento
Que va suspirando bajo del rosal?
Va con el nervioso ritmar de la ola.
Al viento la rauda mantilla española
Que cubre su espalda de limpio marfil;
Rumbo a la fontana que en la tarde llora,
Con sus pies, de lirio húmedo de aurora, Pasa …
sobre el césped la “RAIDA POTÏ”.
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