ESPEJISMO
María Gabriela Rojas Salcedo
POEMA / VENEZUELA
De tan querido fue sueño.
De tan sentido, dolía.
De tan lejano, callaba.
De tan incierto, mentía.
De tanta espera, trastorno.
De tanta excusa, fue estigma.
De tan vacío, desierto.
De tan adiós, despedida.
De tan grande se hizo sombra
que las arenas movía,
inventándose figuras
que el viento desvanecía.
Y reflejaba lagunas,
aguas que el cielo dormía.
Creer refrescar el alma…
Ilusión de las pupilas.
Y acercándonos al trecho
que desnuda nuestra vida,
cual final de carnavales
las máscaras se caían.
El brillo no era laguna;
las sombras no eran espigas;
los altos no eran palmeras;
pozos y estrellas, no había.
Y yo seguí caminando,
y al recuperar la vista,
estaba en otras arenas
esta vez sí humedecidas…
Y el mar que intuyó mi viaje
en sus olas me escribía:
¡Hay que saber de desiertos
para conquistar mi orilla!
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