CASA SOBRE UN ÁRBOL QUE SOY
Leticia Rojas
POEMA / VENEZUELA
Este ser humano que soy
es como una casa de huéspedes:
cada día un nuevo arribo;
una dicha, un socavón, una vileza;
un alumbramiento, un placer, una renuncia;
y a veces también
asoma la conciencia.
Algunas visitas llegan de súbito…
Se presentan disuasorias, magnánimas,
y se aparcan en el batiente
Impidiendo el paso a los demás
y a ellas mismas.
Otros, hacen su reserva anticipada.
Apartan la Suite de Luxe por toda una temporada
pero extravían el camino y nunca aparecen,
dejando añoranzas a bienvenida y a perfume de jazmín,
a pan tostado
a sábanas blancas
y al agua de Jamaica.
Este recinto humano, este albergue,
esta casa sobre un árbol que soy,
tiene perennemente una estancia disponible
para alojar anhelos y esperanzas.
Son esos huéspedes los que,
-aunque les sirva el café frio en las mañanas-
te dejan una generosa propina
y siempre, siempre, regresan…
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