El poeta venezolano Ángel Ramírez escribe un poema lleno de pesimismo, pero a la vez lleno de realismo y no el que llaman mágico, sino más bien trágico. Es que existen esos momentos que provocan fisuras en el corazón de cualquier mortal y que son irreparables. Como dice el autor es “un cristal oscuro, hermano de la noche”. Luego, a quién no le ha pasado que cuando aparece una luz en el camino ésta se apaga y se va. Es así, que dentro del planteamiento poético, pareciera presentarse una especie de paradoja resumida en un final escalofriante: ¡Abismo de esperanza cruel!
FISURAS
Ángel Marino Ramírez V.
Poema / Venezuela
Un cielo de presagio,
una bandera de piedra,
Un cerebro enredado
en el ardid de una fisura.
Un cristal oscuro,
hermano de la noche.
Un reflejo de bosque
que se apaga de pronto.
Aparece,
deslumbra,
se da la vuelta
y dice adiós.
Una lágrima
en el silencio
de la amargura
se desprende.
Ojos que murmuran
la vida, sueltan
su forma de lenguaje.
Mirada de separación
del vientre
amarillo y solitario
del astro rey.
Puerta tras puerta
hasta despeñarlo todo.
Como el poeta
que murió de hambre
comiendo versos
de manzana.
Un enjambre de fisuras
orbitan la moral
de la infancia
que pronto será vieja;
triunfo de los buitres
del tiempo
que sembrarán los rostros
de arrugas.
Y afuera que espere
la muerte
separando la libertad
de la carne
del largo paracaídas
de la vida; total,
abismo de esperanza
cruel.
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