LA BATALLA
Dalmiro José Malaver Quijada
POEMA / VENEZUELA
Me aturden los fogonazos
Del inclemente zumbido,
Náufrago y despavorido
Soy prisionero en sus brazos;
Borrascas y coletazos
Nutren el arma violenta,
La agonía me impacienta
Pero ante el cruel temporal,
Voy capeando hasta el final
La furibunda tormenta.
Se amaina, luego acrecienta
Yo resisto, es pasajera,
Me despojo de cualquiera
Fantasía y vanidad,
Brilla el sol de la humildad
En mi triste primavera;
Retratado en la quimera
De un petitorio andariego,
Solo procuro el sosiego
Para un noble corazón,
Buscando mi salvación
Ante Dios, me inclino y ruego.
Ni sucumbo ni me entrego
Y lucho a todo pulmón,
Evocando la oración
Me soplan vientos de calma
Que surcan hasta mi alma
Como dulce sensación;
La absoluta convicción
Teologal decretaré:
Del Creador conseguiré
El favor que he de implorar,
Sé que lo puedo lograr
Amparándome en la fe.
De seguro, alcanzaré
La luz del amanecer,
Sacias tu ego con ver
Esa oprobiosa actitud
Arrasando a plenitud
El remanso de mi ser;
Seguro que tu poder
Ominoso, en mi se estalla,
Aunque el monstruo me avasalla
En su instinto tan voraz,
Con mis fusiles de paz
Yo ganaré la batalla.
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