DÍA DOMINGO
Ángel Marino Ramírez V.
POEMA/VENEZUELA
Día domingo,
en medio del agite floreces,
contigo se queman las arrugas de la frente,
a tu lado siento el transcurrir del viento,
a través de ti mi deseo come.
Día domingo,
has llegado en el séptimo tiempo,
tu presencia tiene a un pájaro cantando.
No te importa si me despeino
o si una lágrima aúlla en mi espacio vital.
Día domingo,
siempre regresas con tu infinita ala
a bordear un rincón de mi sonrisa.
¿Eres un animal? ¿Eres una montaña?
¿Qué eres? Todos se refugian en tu regazo,
pero nadie se apiada de tus huesos.
Día domingo,
Tu mentira es una verdad irrefutable.
Gracias por torcerle el cuello a la ventana rota,
por aliviar el amargo rostro del bolsillo,
por beber conmigo el vino de la vida.
Día domingo,
sobre la alfombra deseo tu llegada.
Está bien si me llamas interesado.
Me dejas dormir y me dejas soñar.
Buceo en tus veinticuatro horas de nada,
disfruto en tus veinticuatro horas de todo.
Amo tu borrasca de silencio.
Día domingo,
reconozco la cascada de tu paso,
el páramo de tu revelación,
el ansia de tu llegada,
la invisible navaja de tu árbol,
la mágica hipnosis de tu cuerpo.
Día domingo,
llegaste con la palabra de Dios;
a decir lo que yo no puedo,
a reclamarle al poeta un verso,
a sembrar palabras en mi pensamiento
y a enriquecer la causa de mi almohada.
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