«Chaure de papel» de Ángel Marino Ramírez

La esperanza está mordiendo puerto,

porque ha notado al obstáculo de la tiniebla,

hablar a través de una verruga silbona,

y porque ha descubierto a una carretera cautiva

bebiendo de la amarga voz de un trueno.

La esperanza está mordiendo puerto,

porque se animan los párpados

cuando la noche dispara piedras;

y porque al fondo se distinguen los signos del miedo,

y porque una fila de bostas gruñe su intranquila pena,

y porque un instante retrata el éter de la historia,

y porque sobre un puente dormita un contenedor inerte,

y porque el bachaco enmascara sus postreras piezas,

y porque el viaje descendente de la risa ahora es inverso.

La esperanza está mordiendo puerto,

pues la tierra admitió su geológico destino.

¿Cuántas esfinges abatirán las brasas?

¿Cuántas facturas por un lamento joven?

Pronto capitularán las angustias,

esas que nacieron en el albor de aquel febrero tóxico.

La esperanza está mordiendo puerto

y yo no sé si vuelva al perfume del llano

o si vuelva a degustar el pan de la patria,

pero me consuela saber,

que el águila era un chaure de papel.