AQUILEGIA
Ángel Marino Ramírez V.
POEMA / VENEZUELA
Si el lamento tiene eficacia
que sea para escamotear el hambre;
ese sendero de atraso en el mundo,
ese dolo al verbo divino.
El hambre proyecta un absurdo
con su lenguaje sin estética,
desfigura los buenos ratos
y menoscaba el respeto.
Si me lamento,
es para implorar una tregua,
que desde la trinchera
de cualquier estómago vacío,
permita forcejear
con la delgadez del lienzo.
Que no me hagan ver,
que es el libreto
de una prueba social;
hoy no consigo pensar en la política,
mientras allí prevalezca
la trastienda del pobre
y la polaridad del gato,
¡me rehúso a contar con ella!
El alma de mi verso
demanda resguardo,
no con el brasero psíquico
del desheredado por la vida,
sino con el color
ornamental de la aquilegia,
esa flor de presencia inesperada
que facilita su protesta de pétalos,
para adoptar la esperanza
de un hombre hambriento.
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