Poemas de Francisco Salazar Martínez (Venezuela)

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Francisco Salazar Martínez

*17 de diciembre de 1924

+15 de julio de 2015

Pincelada biográfica

Francisco Salazar Martínez, nació el 17 de diciembre de 1924 en Aragua de Barcelona, estado Anzoátegui. Poeta de sólida obra, cronista de la historia venezolana, articulista, periodista, abogado, diplomático de extensa trayectoria, jurisconsulto, colaboró regularmente en las más importantes publicaciones venezolanas y extranjeras. En 1970 fue premio municipal de poesía. fue el creador de la sextafona, la misma está compuesta de seis versos octosílabos, con una rima consonante alterna. La última palabra del primer verso se vuelve ritornelo en el quinto.

Escribió sus primeros poemas a la edad de diez años cuando estudió en el Fermin Toro, destacándose como excelente alumno y presidente del centro de estudiantes. Fue maestro de escuela como tantos poetas venezolanos, lo que indica un temprano contacto con los libros. Tuvo profesores notables como J.F. Reyes Baena, Luis Villalba Villalba, Pablo Rugeri Parra, Olga de Garcia Arocha, Josefina Coronil, entre otros. Luego de ser maestro en San Juan de los Morros, durante un año, regresa a caracas a proseguir sus estudios de periodista y abogado. Fue corrector de pruebas del diario  “Ahora”, colaborador del periódico El Nacional con columnas diarias como “La musa errante”, con el seudónimo de Florentino.

A los 21 años, fue agregado cultural en Cuba y México. En la isla cubana, conoció a Nicolas Guillén llegando a ser muy buenos amigos, quien lo alienta a escribir las primeras decimas de “La guitarra ministra”. Igualmente conoce a Hemingway con quien entabla largas tertulias y junto a Nicolás Guillén visitan la tan famosa bodeguita del medio. A la caída del gobierno de Rómulo Gallegos, padece el exilio, escribe la carta al General Juan Vicente Gómez la cual le costará, más tarde, persecuciones y torturas durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez.

En México, como agregado cultural cumplirá los 23 años. Allí realizo una labor cultural muy fructífera y tiene la ocasión de compartir con pintores venezolanos becados como Pedro León Zapata. México fue para el poeta una etapa de creación sin reposo. Allí escribirá su carta al General Juan Vicente Gómez. Luego conoce a Neruda, Paul Eluard, Diego Rivera, Mariano Picón Salas y Roger Garaudy. 

Pancho Salazar, como se le llamaba cariñosamente, colaboró en el diario El Nacional de dicho país. Cuando Andrés Eloy Blanco llegó a México como exiliado político, lo fue a recibir a la estación de tren junto con Rómulo Gallegos, Mariano Picón Salas y Arturo Briceño. Tendría la oportunidad de intercambiar conversaciones interesantes con el insigne poeta.

Al regresar a Venezuela

Al regresar a Venezuela, sigue con el periodismo que lo apasionaba, escribiendo columnas en el Nacional y el Universal. Se casa con Lelys Anais Machado y de esa hermosa unión nacerían cinco hijos: Belkys, Francisco, Smyrna, Ludmila y Lunilia. Ya el régimen democrático instaurado, fue enviado a Suiza como consejero cultural en la embajada de Venezuela en la ciudad de Berna y luego a los organismos internacionales en Ginebra. Allí escribió los poemas que integran su libro “Gallo de nieve”.  Al terminar su periodo en Suiza regresa a Venezuela para desempeñar el cargo de secretario general del concejo municipal del distrito Sucre, para entonces el más importante del país, bajo la presidencia de un ser humano sobresaliente, como lo fue Blas Russo Cisneros.

Pancho Salazar regresa al servicio diplomático como embajador en Argelia durante el gobierno de Jaime Lusinchi.  Este país es cuna de grandes poetas y escritores de lengua francesa, pues Francia ocupó el territorio desde 1832 hasta 1962, cuando el general De Gaulle le concedió la libertad después de una guerra sangrienta que dejo muchos muertos y mutilados.

En Argelia, escribe su libro “Viento sin piel”, donde procura retratar líricamente todas las ricas vivencias que produjo en el esa etapa de experiencias extrañas en un mundo extraño a nuestra cultura occidental. De allí, pasa a Bolivia como embajador, escribe muchas decimas que integran la edición definitiva de “La guitarra ministra”, publicada por la universidad de San Andrés en la Paz, lujosamente editada. Igualmente escribe sonetos dedicados a monumentos históricos, a la geografía boliviana y a personajes relevantes, todos publicados en las páginas literarias del diario “La razón”. Su amada esposa Lelys Anais, quien siempre estuvo a su lado con el más ferviente apoyo, funda en la ciudad de La Paz la sociedad “Boliven” para ayudar a los diabéticos de ese país hermano, la cual perdura actualmente, realizando una labor ardua y fructífera en pro de dichos enfermos.

Luego de estar en Bolivia, es nombrado embajador de Venezuela en Costa Rica, cuyo presidente para ese entonces era Óscar Arias. Al igual que en otros países, hace amistad con grandes figuras de la literatura tica, dicta conferencias sobre Andrés Eloy Blanco, en la universidad de Costa Rica, el pensamiento del libertador, el folklore venezolano, en las universidades, el instituto hispano y la Universidad para la Paz. Se construye la plaza Bolívar en el parque Morazán. su esposa Lelys, funda una organización llamada “Costa ven “, la cual desarrollo una estupenda labor social en todo el territorio del país, mediante entrega de libros a bibliotecas públicas y tela para los uniformes escolares. Pancho y Lelys, organizaron actos para divulgar la música venezolana. Salazar mantuvo columnas en los más importantes periódicos de la hermana nación centroamericana, culta y acogedora.

Regresa a Venezuela, sigue con sus columnas en el Nuevo País, luego se muda a la isla de Margarita donde decide radicarse hasta el día de su muerte el 15 de julio de 2015. Aquí en esta hermosa isla continúa escribiendo sus poemas, nuevos libros y columnas en diarios venezolanos, escribe en el diario “La hora” dirigiendo la página cultural de dicho diario, se encuentra con entrañables y viejos amigos que igualmente se mudan y viven aquí, conoce y hace amistad con otras personalidades de la vida cultural de la isla.

El poeta Salazar Martínez, dijo en alguna oportunidad que el poeta debe estar en primera fila defendiendo los valores de la libertad y de la dignidad, en su función creadora tiene parentesco con Dios, necesita estar en estado poético para que salga a la luz la mágica criatura verbal que es el poema, lo que algunos denominan “inspiración”. Y es que así era Pancho, un ferviente defensor de la democracia y la libertad plasmado en sus escritos de todos los jueves en el “Nuevo País “, titulada “El escorpión y la mariposa”.

Resumen realizado por Belkys Salazar Machado.

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