CUERVO VOCIFERANTE
Ángel Marino Ramírez V.
POEMA/VENEZUELA
Cuervo vociferante,
bautiza tu alegría eventual
y seca tu ala caliente
que el infierno está aguardando
tus calcetines de color necio.
El ánimo de tus ojos
es corromper la dicha
porque con ellos
viertes tu caldo de repugnancia.
Sobre la mesa de siempre
o siempre sobre la mesa,
estás esperando el error del hombre
que aprovechas con intencionado orden.
Contigo se embarazan las sombras,
se chamuscan los amantes.
Predicas el credo del puñal
en la espalda misma de la ola.
Llevas al pasillo de la muerte
el disimulo de tu lloro.
¡Pájaro desgraciado!
Muchos son peores que tú;
con la mirada que rasguña,
con la lágrima que muerde,
con la mano que traiciona,
con el luto que no siente.
Ruego que todos
emigren de mi casa dulce,
que se olviden de este verso libre.
Si quieren divertirse en la hoguera,
busquen un carbón creyente
que yo no soy San Jorge.
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