«El amor nunca ha ido conmigo a la cama» de Juan Ortiz (Poema)

El amor nunca ha ido conmigo a la cama.

Allí, 

bajo sábanas,

he sido un salvaje en cacería,

algo primitivo al acecho de resplandores,

todo lengua,

todo colmillo,

todo olfato,

todo sed sobre las aguas.

No,

no he sabido de sentimientos sublimes al estar encerrado entre muslos;

he sido ardor zigzagueante,

rumor de temblores,

olor que se derrama y asusta porque te borra lo cuerdo,

grito despavorido colándose en los tejados, entre las quejas de los vecinos por las paredes derumbándose en la madrugada,

todo lo simple y arcaico que se puede pensar,

todo lo ardiente que se calla y se persigue,

pero en esas horas de vigilia,

por más que busco y repienso,

eso que llaman amor nunca ha estado,

que yo sepa,

presente.

Ahora bien,

en el café que doy después de la batalla,

en los caldos para arrebatar las fiebres,

la cerveza inesperada,

el abrazo oportuno por si una lágrima visita,

el beso cuando duerme,

en todo eso y más,

allí,

sí creo amar como se ha dispuesto y escrito tanto,

más allá del andar,

del cuerpo que se acaba con los días.

Quizá sea algo aberrantemente instintivo,

enfermo hasta la raíz,

pero me pasa:

yo nunca he llevado al amor conmigo a la cama.